17/2/11

Caminos

Los pies se hunden en el camino, buscan un camino, buscan donde llegar, buscan llegar donde nunca lo han hecho. Todo se vuelve incierto, solo una pequeña luz y el color agua salado que rodea el camino hacen que el camino continúe. El camino es infinito, insensible, vacio, eterno, fuera de tiempo. Es inevitable que los ojos se cierren, la paz desparezca y la vida se muestre. Los pies sienten el calor, el cuerpo se retrae y el camino no se detiene. Es claro dónde voy, y más claro es donde no voy, pero es más claro que ese camino es tan incierto como la eterna distancia entre nuestros cuerpos, entre nuestras vidas. Es ese momento, cuando tomo conciencia de eso, es que es inevitable abrir los ojos, palpar el mundo. El color pierde su sentido, hasta desaparecer, solo la sombra y la luz acompañan mi vagar, en la permanente búsqueda de una mujer ausente. Respirar el mundo explica todo, comprende como las cosas se han dado, es que el aire está cargado de mis recuerdos, de mis anhelos, de mis esperanzas, de mis ideas. Los caminos duelen mas cuando se sabe que dolerán, respirar duele, respirar hoy que aunque camine toda la vida, esta ausente. Vagar es eterno, el aire es eterno, nuestras caricias se pierden en el vacío, nuestros ojos no se ven, nuestras voces no se escuchan. Solo nuestras esperanzas se comunican para mantenernos vivos.