24/8/08

Por Instinto

En la orilla del mar, cerca de un roquerío, estaban Adán y Eva, desnudos tal como Dios los envío al mundo, no se hablaban, no se miraban, simplemente se ignoraban, por el temor que les producía el otro. En un momento Eva se puso de pie, Adán la vio mientras se refrescaba con el agua del mar y nada más que por instinto comenzaron a perpetuar la humanidad.